Como decíamos en un artículo
anterior, ya han pasado días desde aquel lejano 22 de febrero en que una
llamada despertaba la ilusión en la Centenaria Cofradía de Nuestro Padre Jesús
Caído. Si hermanos, en aquel día tan lejano comenzó un trabajo impresionante
que ha llevado al Señor hasta la capital cordobesa, porque todo pasa y todo llega. Y
todo llegó y pasó casi sin darnos cuenta.
Ya han pasado días desde el
sábado, pero a pesar de ello seguimos soñando con tantos momentos que nos
llenaron de emoción y que hicieron que una gran parte de Aguilar estuviera en
Córdoba. Y es que Nuestro Padre Jesús Caído fue un gran embajador de Aguilar.
Con él fueron nuestras oraciones, nuestras tradiciones, nuestra cultura,
nuestra Semana Santa y nuestro pueblo... y créanme, fue algo sobrecogedor, algo que
sabemos sobradamente que solo se vive una vez y que recordaremos por siempre.
A pesar de salir el cortejo de la
Iglesia de San Francisco con más de 40 minutos de retraso, Jesús Caído apareció
en la calle San Fernando, llena de un público expectante que se
quedó maravillado con él, y más, cuando con un silencio sobrecogedor sonó
la marcha “La Esperanza de María” interpretada a piano por un joven de trece
años, llamado Rafa Lucena. Seguramente uno de los momentos más emocionantes
del Magno Vía Crucis. La melodía sobrevoló en forma de oración hacia el Señor
de manera excepcional. Un sincero aplauso agradeció al joven el momento que nos
había hecho vivir.
Jesús Caído avanzó por el Templo
Romano, por Tendillas o por Gondomar, donde no cabía un alfiler y donde la
gente aprovechaba cualquier parada del paso para acercarse a tomar la mejor
foto que le sirviera de recuerdo de lo que se estaba viviendo.
Numerosas personas se acercaban
una y otra vez al Señor para contemplar su belleza o para tocar el paso. Personas
en las que contemplabas en su rostro la emoción del momento, el impacto de la
belleza, o la oración que rezaban. Todo eran palabras bonitas hacia el Señor y hacia
la Cofradía. Y es que esta supo dar lo mejor de sí para estar en Córdoba.
Parecía que había pasado un mundo
y todavía quedaba mucho por andar. El tramo de San Nicolás fue otro momento
para el recuerdo, junto con el paso por la Trinidad. Doctor Fleming con una marcha tras otra, hasta llegar a la Carrera Oficial y la entrada en la Mezquita. Lo dicho
algo para recordar siempre. Todo con una sobresaliente actuación de la
Agrupación Musical de las Angustias de Alcalá la Real. Una simbiosis perfecta la
que se alcanzó el sábado.
Y como no, la Cofradía supo estar
desde la Cruz de Guía hasta la banda. El cortejo al completo, el andar del
paso, más clasicismo imposible con sus cuatro candelabros completamente
encendidos. Antiguos Hermanos Mayores que son la suma de mucho trabajo a lo
largo de años, representación de Hermandades, Ayuntamiento y Agrupación de
Cofradías, y en el recuerdo de todos, los que no pudieron estar presentes, o
los que ya disfrutan de Jesús Caído en el Cielo. Y es que Aguilar estuvo con
Jesús Caído, o nunca mejor dicho, Aguilar estuvo en Córdoba en una noche para
el recuerdo.
Enhorabuena a la Hermandad por
estar, por llevar a nuestro pueblo a Córdoba, por mostrar como siempre decimos
nuestra grandeza, y por regalarnos a todos una noche de ensueño. Y por supuesto
agradecer al Señor que nos permitiera vivirlo, y así poder rezar todos ante él
en la Capital Cordobesa. Ya solo queda esperar para poder visitarlo el próximo
domingo en su capilla de la Parroquia del Carmen.
Fotografías: José Antonio Montesinos y Rafael Sánchez