LA ESENCIA DE LA NAVIDAD

Hoy celebraremos la Nochebuena y mañana  será Navidad. Llega, de nuevo, a las entrañas de la humanidad la Gran Noticia: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

Podríamos anunciarla así, con un lenguaje rebosante de símbolos, a la sociedad de nuestro tiempo: Hace más de dos milenios, en una Nochebuena, ocurrió el milagro: La Luz rompió la noche oscura. La noche se llenó de luz, señales y dones, dentro de una cueva de Belén, en medio de la intemperie. Ocurrió el milagro de tocar a Dios con los dedos y de percibirle como uno de los nuestros. El pesebre, con el Nacimiento de Jesús, se tornó de luz cálida y tierna. Y todo aquello que era pobre y despreciado se volvió precioso. Y un comedero para animales se convirtió en trono del Altísimo. Los hombres no lo acogieron, y unos animales compartieron con Él su refugio. Esta fue la primera Navidad de la historia, la que vivió una humilde familia de Nazaret en Belén,

En la época actual, estas fechas son días de reencuentro, de alegría, de convivencia de amigos, de unión familiar, de preparativos, de ilusión, de cantar algún villancico mientras caes en la cuenta, quizás, de lo mayor que eres. Son días en que también pasearemos por nuestra ciudad contemplando y admirando belenes, alumbrado, adornos navideños…días de ajetreo, de visita familiar, de felicitaciones, de sonreír. En definitiva, días especiales en los que dejamos atrás esa rutina diaria que consume poco a poco nuestra vida.

Pero no debemos olvidar la verdadera esencia de la Navidad,

Convirtamos nuestros hogares en establos donde todo el que llega encuentre cobijo; familiares, amigos y amigos de nuestros amigos. Permitamos que al menos, unos días al año, nuestras casas desprendan esa luz de fraternidad que tanto escasea en el mundo actual. Deseemos que esa luz que brilló en el Portal de Belén resplandezca en cada uno de nuestros hogares y que esa luz recibida la difundamos con nuestras obras y palabras a nuestro alrededor.

 

Aleluya en los cielos,

En las torres y en las plazas,

Que las campanas se oigan,

Que repiquen alabanzas.

 

Las Capillas y las Iglesias,

De esta Aguilar Cristiana,

Anuncian con Alegría,

Que un gran Rey ha nacido,

Es el cordero divino,

Hombre, Dios y Mesías,

 

Cánticos de Gloria, suenan

Himnos de alabanza se entonan

Proclamarán llenos de júbilo,

Que Enmanuel ya ha nacido

EN ESTA AGUILAR MARIANA,