Ya desde horas tempranas, un trajín de idas y venidas en el barrio del Cerro, nos presagiaba la grandeza de lo que iba a ocurrir. Y así fue, al caer la tarde se abrieron las puertas de la Iglesia del Cerro ante una gran expectación, y los hermanos de la Caridad volvieron a mostrar a nuestro pueblo, la grandeza de un cortejo y una procesión cuidada al milímetro. Fue un día de júbilo el que se vivió en la Hermandad, en el Cerro, en torno al Señor, y no era para menos, han pasado 25 años desde que en 1999, Nuestro Padre Jesús del Silencio Cautivo fuera bendecido. Desde entonces muchas miradas cruzadas con él, miradas que han buscado y que seguirán buscando en su bello rostro, consuelo, esperanza, gratitud,…, y como no, CARIDAD. Es de agradecer el grandísimo trabajo que realizó en su día D. Francisco Romero Zafra, que también estuvo presente.
Fue un día de reencuentros de aquellos que dieron los primeros pasos, con esta nueva generación que decidió hace pocos años ir dando un cambio importante a la Hermandad, y por supuesto manteniendo en el recuerdo a aquellas personas que dejaron la ofrenda de su esfuerzo en estos años y que seguro disfrutaron del día al lado del Señor del Cerro en el cielo.