TODO FUE UNA OFRENDA PARA LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS

Dicen algunas personas muy devotas de la Virgen, que el día de la Cruz es cuando se contempla mejor la grandeza de la Virgen de los Remedios, cuando el amor del barrio hacia su Virgen alcanza todo su esplendor, cuando todo se llena de Ella. Es muy difícil expresar todo lo que se vive ese día a su alrededor.

Aguilar abre las puertas de Mayo, el mes de la Virgen, saliendo al encuentro de Remedios. Y es que Mayo se abre con ese color azul con el que se viste su barrio para celebrar sus cultos. Vecinos que adornan con cariño sus calles a modo de ofrenda a la Virgen. Arcos, banderas, bengalas, cohetes, flores, son fruto de la Fe y el cariño hacia la Madre de Dios, que un año después vuelve a visitar cada rincón, cada casa, cada familia.

Ya la presentación de los niños y la ofrenda de flores, nos hacen ver el día anterior, lo que sucederá el sábado. Las madres que se acercan con sus hijos al paso, los niños que quieren llevar la virgen por la calle los pozos, las lágrimas que se derraman desde detrás de las ventanas, la lluvia de pétalos, los fuegos artificiales, es un conjunto de vivencias concentradas, que no sabes con que detalle emocionarte más. Lo que sí es verdad, es que la Virgen de los Remedios volvió a llenarlo todo, y sus vecinos cuentan ya los días que faltan, para vivir un nuevo encuentro con ella.

Y no podemos dejar este artículo sin hacer un reflejo de las Cruces. Y es que este fin de semana y alrededor de la Virgen, se volvió a celebrar en nuestro pueblo, las Cruces de Mayo. Numerosas Cruces vistieron de flores las calles de Aguilar, volviendo a ser notoria la participación de las Cofradías. Un total de 16 cruces llenaron de color la fiesta, de las cuales 7 cruces pertenecían a nuestras Hermandades.  Tres de ellas obtuvieron premio. La Cofradía de los Dolores, obtuvo el primer premio de interior, Amargura y Antigua el segundo, y Borriquita y Palma el premio a la tradición.