SABADO SANTO Y DOMINGO DE RESURRECCIÓN: FINAL DE UNA SEMANA SANTA ATÍPICA

Se terminó. Todo parecía que estaba escrito desde antes de que empezara, aunque no quisiéramos creerlo. La lluvia iba a ser la gran protagonista de nuestra semana más soñada. ¿Quién nos lo iba a decir?, o mejor dicho, ver para creer. Las tres Cofradías que tenían que procesionar en estos dos últimos días, no pudieron hacerlo, dejándonos esa sensación de que todo ha terminado, como si no hubiera pasado nada.

El Sábado Santo, cuando todo estaba preparado a la hora señalada, y parecía que la lluvia nos daría una tregua permitiendo así la salida de la Hermandad, volvió a hacerse presente. La tan deseada lluvia en estos tiempos apareció.

Todo se volvió a trasladar al interior de la Parroquia. Allí sonaron los sones de la Banda de Música Sebastián Valero en honor a la Virgen de los Dolores. Hermanos, mantillas, costaleros y un numeroso público se congregó en torno a ella para recibir su bendición. Previamente a la decisión como es tradicional en la Cofradía se había rezado la Corona Dolorosa.

Una vez la Virgen impartió la bendición todo se dispuso y se preparó, para la última celebración del Triduo Pascual. Y es que esa misma noche y en cada una de nuestras Parroquias se celebraba, la Vigilia Pascual. Fueron muchos los fieles que llenaron cada uno de los Templos. En ella se lleva a cabo la celebración eucarística más especial del año litúrgico, la liturgia de las liturgias, en la que se celebra la noche bendita en la que Jesús resucitó.

Y tras el Sábado, el día grande: el Domingo de Resurrección. Pero

en este año, fue la lluvia la que nos anunciaba la Resurrección de Nuestro Señor. Desde la Parroquia del Carmen debía haber partido la procesión de la Cofradía de Jesús Resucitado, para encontrarse en el llano con la Cofradía de Nuestra Señora de la Antigua. Pero no puedo ser. Tanto en el Carmen como en la Parroquia del Soterraño, se vivieron momentos íntimos y emocionantes, y reviviendo en el corazón, esos encuentros entre el Señor y la Virgen, que nos llenan a todos de alegría, porque Cristo ha resucitado. Sin duda se trata de un día grande para nuestro pueblo, y que tendremos que esperar un año para volverlo a vivir.  

Poco a poco han ido pasando los días, y todo se ha terminado. Aguilar ha vuelto a celebrar su Semana Santa, aunque seguro que de una forma muy distinta a como habíamos soñado. Pero hemos podido estar cerca de nuestros Sagrados Titulares, hemos podido rezar ante ellos en estos días tan especiales. Cristo ha vuelto a resucitar en nuestro pueblo, y en cada uno de nuestros corazones, porque Cristo Vive en cada uno de nosotros.

Habrá que esperar hasta el próximo 13 de abril de 2025 para que vuelva a ser Domingo de Ramos. Tocará esperar y contar los días, porque hoy todo ha terminado, porque hoy, todo comienza de nuevo. ¡Feliz Pascua de Resurrección!