Nuestras Cofradías como han hecho en los últimos años, se
esforzaron para montar espectaculares
altares para venerar a nuestras Imágenes Marianas, para venerar a la
Santísima Virgen. Durante los días 7 y 8 de diciembre, nos pudimos acercar a
nuestros templos y encontrarnos con Nuestra Madre. Pudimos contemplar escenas muy distintas a como estamos
acostumbrados. Pudimos contemplar el impresionante
patrimonio de nuestras Hermandades y la belleza de nuestras imágenes.
Cuando el día 7 alcanzaba su fin, se celebró en la Parroquia
de Santa María del Soterraño la Vigilia
de la Inmaculada, y en ella participaron los jóvenes de nuestra Iglesia. Los fieles que llenaron la Parroquia
pudieron contemplar una vigilia distinta cargada de Fe y de Esperanza.
Fe y Esperanza que llenaron el SÍ de María al ángel hace más de 2022 años. María se dejó guiar
por la fe y acogió con sencillez la misión de Dios. El acto de fe de María nos
recuerda el papel fundamental que la fe desempeña y sigue desempeñando en
nuestras vidas. Fue noche de velas para
iluminar los corazones, y fue noche para decir un sincero SI al Señor.
Tras la vigilia, los coros de nuestro pueblo comenzaron un
recorrido que los llevó a todas las Iglesias de nuestro pueblo. A pesar del
frío y la amenaza de lluvia, gran
cantidad de gente acompañó a los coros hasta altas horas de la madrugada.
Cada una de las Iglesias se fue abriendo a su paso para que en su interior se
cantaran canciones a María desde el
corazón.
El día 8 con la Función en honor a la Virgen Inmaculada oficiada por el Padre Latus, y con el acto de veneración a María por la tarde, se puso fin a esta importante celebración en nuestro pueblo.
Desde estas líneas agradecer a todas las Cofradías que
participaron en esta edición de Aguilar Mariana, a todas las personas que se
acercaron a las Iglesias para visitar nuestros altares y para llevar alimentos,
a todos los coros de nuestro pueblo por hacer de la madrugada del 8 de
diciembre una noche mágica, a los sacerdotes, y a la Asociación Religiosa de la
Hijas de María por su colaboración. A
todos GRACIAS de corazón.
Y a pesar del frío, la lluvia y el trabajo y esfuerzo de
todos, valió la pena, porque todo se hizo con amor y por amor a María.
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